La tragedia del pasado 3 de mayo, donde un convoy del Metro colapsó tras el vencimiento de una trabe que sostenía la estructura de la Línea 12 cerca de la estación Olivos, cobró la vida de 25 personas. En su mayoría eran trabajadoras y trabajadores que aquella noche retornaban a descansar a sus hogares. También jóvenes y un menor con sueños por cumplir. La fatalidad interrumpió su camino. Sus familiares esperan justicia.

Conocerlos para no olvidarlos es el propósito de este testimonio.