Los rumores suelen estar camuflados en medio de noticias reales y hay quien no distingue una de otra y las comparte con familiares y amigos, haciendo que se viralicen.

En 2008, el periodista estadounidense Bill Adair fue reconocido con el premio Pulitzer por su trabajo de fact-checking que hizo sobre declaraciones de personajes durante la campaña electoral en Estados Unidos a través de Politifact, un medio pionero que verifica datos que se publican en medios de comunicación y redes sociales.

“El fact-cheking es la variante del periodismo más importante en la era digital”, dijo Adair.

Los rumores suelen estar camuflados en medio de noticias reales y hay quien no distingue una de otra y las comparte con familiares y amigos, haciendo que se viralicen.

En México, medios como Verificado o Spondeo Media se han dado a la tarea de buscar y ratificar la veracidad de la información o desmentir e investigar la procedencia de la esa información que generalmente se comparte a través de redes como Facebook, Twitter y Whatsapp.

Nuestro país está lleno de acusaciones entre gobierno y lo que López Obrador llama sus adversarios, pero lo cierto es que el propio presidente a diario alimenta esa infodemia, provocando que, en su mayoría, la población se confunda bajo el argumento de que todos mienten menos él.

En febrero del año pasado, después de que se revelara una investigación periodística sobre “La casa gris” de José Ramón López Beltrán en Houston, Texas, Andrés Manuel López Obrador dio a conocer a nivel nacional y sin comprobar, el supuesto sueldo que recibe el comunicador Carlos Loret de Mola de los medios de comunicación donde colabora.

El titular del Poder Ejecutivo aseguró que dicha información le fue enviada y sin confirmar la presentó. Aún no se sabe si son ciertas las cifras, sin embargo, de confirmarse, la única forma en que se obtuvo fue a través de las dependencias como el SAT y Hacienda, que dependen del gobierno.

De ser cierto, el presidente violó (dos veces), el artículo 16 de la Constitución, el Código Fiscal de la Federación, y la Ley General de Protección de Datos Personales, al revelar información de un particular.

López Obrador cuestionó que, si sus ingresos son públicos, los de los periodistas críticos a su gobierno deberían ser iguales, lo cual muestra un desconocimiento de la ley porque cualquier particular no es funcionario público y su información personal está protegida por la ley.

Durante meses, López Obrador se ha lanzado contra los medios de comunicación y periodistas que revelan información de interés público o que critican su gestión de gobierno. López Obrador usa la vieja confiable de presentar “los ingresos” de comunicadores, periodistas, medios, empresarios, consejeros del INE y ahora de ministros de la Suprema Corte.

Evidenciar mintiendo es una de las tantas características terribles en el estilo de gobernar de López Obrador para todo aquel que no se someta o esté de acuerdo con su forma de hacer las cosas.

Hoy se revela que el secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, adquirió un departamento con un valor de entre 9 y 30 millones de pesos. Un acto más del enriquecimiento del círculo cercano del presidente.

Si cuando se dio a conocer que Sandoval y su familia viajaban por Europa a todo lujo, su respuesta fue: ¿yyyyyy?, para quienes seguimos las conferencias mañaneras y conocemos sus predecibles respuestas, sabemos que mañana dirá: ¿Cuánto gana Loret?, ¿Cuánto gastan los ministros de la Corte?, ¿Cuánto ganó Lorenzo Córdova? Y muchas más.

Lo cierto es que López Obrador sigue violando la Constitución y alimentando la infodemia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con información Aristegui noticias.