En dos años la Sedena suma 12 mil rescisiones de contrato. Tan sólo en el primer trimestre de 2021 van casi mil. “Mucha gente se metía por una cuestión aspiracional, pero al no tener crecimiento, se van”, dice especialista.

En los últimos dos años, la rescisión de contratos en la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) ha alcanzado los números más altos desde que este concepto aparece –en 2013– en los motivos de baja del personal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

Los motivos son varios, pero uno de ellos, de acuerdo con especialistas, es la falta de incentivos: hacen todo lo que se les pide por la misma paga, incluso construir el Aeropuerto “Felipe Ángeles”. 

En febrero pasado, esta revista digital publicó el descontento de una parte de la tropa, pues se les carga la mano con demasiadas responsabilidades, como la vigilancia de la construcción de Dos Bocas, hacerla de guardias privados, y en la edificación del aeropuerto antes mencionado.

En 2019 se dejaron sin efecto 4 mil 113 contratos en la tropa, mientras que en 2020 fueron 7 mil 825. En total han sido rescindidos 11 mil 938, la mayoría de estos en el rango de soldado, que representa 98%, y sólo 2% en el de cabo.

Para los tres primeros meses de 2021 van 947 rescisiones de contratos. La Sedena, que encabeza Luis Cresencio Sandoval, no detalla la causa por la que se terminó la relación laboral con estos integrantes de la tropa.

En la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos se señala que uno de los motivos de baja para los soldados y cabos es por la rescisión del contrato de enganche o la no renovación.

Se observa que este fenómeno se disparó en 2019 y 2020, aunque desde los últimos dos años de la administración de Enrique Peña Nieto comenzó a despuntar.

En 2014 se rescindieron 364 contratos, en 2015, 583; en 2016, 769. A partir de 2017 se llegó a más de un millar, con mil 315; en 2018, la cifra alcanzó los 2 mil 519.

Cabe destacar que no siempre la Sedena es la que pone fin a la relación laboral: los interesados también pueden optar por esto. 

Las causales que se enlistan en el Reglamento de Reclutamiento de Personal para el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos están: el no resultar apto para el servicio activo de las armas por contraer enfermedades o padecimientos fuera de los actos del servicio; haber ocultado en el examen médico para efectos de reclutamiento un padecimiento anterior, adquirir otra nacionalidad; encontrarse inhabilitado para ejercer cargos públicos.

Así como tener mala conducta determinada por el Consejo de Honor de la Unidad. Haber proporcionado documentación o datos falsos durante el trámite de su alta, estar sujeto a un proceso penal por delito que merezca pena corporal o prófugo de la justicia; estar en una situación de no poder cumplir con sus obligaciones militares, por causas no imputables a la Sedena.

También por faltar injustificadamente durante 72 horas consecutivas en donde esté prestando sus servicios, consumir estupefacientes; tatuajes que no cumplan con lo especificado en el reglamento, así como perforaciones en cualquier parte del cuerpo. Las únicas permitidas son para el personal femenino en el lóbulo de la oreja.

A esto se suma que el tiempo de duración de los contratos de enganche es de tres años para el personal de tropa, por lo que, si los elementos desean no continuar, pues se rescinde el contrato.

NO HAY AUMENTO SALARIAL

Jorge Alejandro Medellín, periodista especializado en temas militares y de seguridad, explica que, efectivamente, cuando se trata de tener información detallada sobre las bajas de elementos castrenses, son muchos los huecos, “pueden ser múltiples razones, pero la Sedena no explica, no da detalles”.

Para él un factor que de relevancia para que se den tantas bajas por rescisión de contratos tiene que ver con que los soldados ya no quieren continuar ante una falta de aumento salarial e incentivos.

Cada vez que la Sedena contrata a un soldado, si no es de formación militar, son elementos que fueron contratados o enganchados, estos duran tres años. El asunto aquí es que ellos pueden pedir su baja una vez que esto se cumple. Si por alguna razón extraordinaria se diera antes, sería porque sufrieron una lesión y quedaron incapacitados para seguir en la función”.

En los últimos dos, tres años, ya con López Obrador, el asunto es que no hay aumentos salariales, no hay más prestaciones para la tropa, todo lo que están haciendo para este gobierno es por el mismo boleto, refiere Medellín.

La última vez que se dio un incremento importante a los salarios y prestaciones de la tropa fue en el periodo de Felipe Calderón, que fue como de un 95%, cuando inició todo lo de la lucha contra el narcotráfico, esto con tal de no perder elementos.

“Desde Peña Nieto para acá ya no ya no hubo motivación, no hay alicientes para que un militar se siga enganchando”, apunta el periodista.

De acuerdo con la última Tabla de Haberes del personal militar publicada por la Sedena con actualización al 19 de enero de 2021, la percepción neta de un soldado al mes es de 12 mil 477 pesos, mientras que la de un cabo es de 13 mil 57 pesos.

No obstante, las principales causas que da la Sedena del desistimiento del personal militar que optó por reclutarse voluntariamente son por: problemas familiares, no adaptarse a las actividades castrenses o simplemente no desean ingresar a las fuerzas militares.

“Mucha gente se metía por cuestión de ascenso social, había un asunto aspiracional, pero al no tener una perspectiva de crecimiento dicen: para qué sigo, espero a que cumpla mis tres años y ya”.