Los consejeros Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, cuyos encargos terminan en abril, presentan un libro que definen como “un manual de uso y defensa de la democracia”, advierten sobre la reforma electoral que impulsa el gobierno y urgen a que el INE se mantenga autónomo. “Un INE al servicio del poder es un INE inservible”, señalan.
Lorenzo Córdova y Ciro Murayama están a poco más de dos meses de concluir sus periodos como consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE). Ambos llegaron al organismo el 4 de abril de 2014 —Córdova como presidente y Murayama como integrante del Consejo General—, luego de ser electos por la Cámara de Diputados tras la reforma electoral aprobada entonces.
Ahora, mientras cuentan los días para que terminen sus encargos de nueve años, los dos tienen en la mira una nueva reforma electoral, aquella que impulsan el presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena y sus partidos aliados, y alertan sobre que estos cambios representan “un riesgo” para el sistema democrático del país.
La advertencia de ambos consejeros se materializa en el libro La democracia no se toca (editorial Planeta, 2023), que describen como “un manual de uso y defensa” frente a lo que consideran ataques a las instituciones y a las reglas que permiten las elecciones en México.
Para ellos, acciones como el llamado “plan B” del presidente López Obrador implican no solamente un golpe al INE —cuya estructura se busca reducir—, sino también una afectación a los procesos electorales y a la posibilidad de que en el futuro haya contiendas equitativas.
“¿Qué es lo que nos preocupa? Que con el llamado ‘plan B’ que está en marcha, impulsado por el gobierno, todo esto básico se pone en riesgo: que no se actualice debidamente el padrón, que no se instalen las casillas, que no se cuente con pulcritud el voto y que no se tenga claridad esa misma noche de quién ganó. Hoy lo que está pretendiendo el gobierno es imponer una reforma unilateral que vulnera el consenso democrático”, dice Murayama.
En entrevista antes de la presentación del libro —que se realizará este domingo a mediodía en el Centro Cultural San Ángel—, ambos consejeros hablan de la situación del INE, del panorama rumbo a las elecciones presidenciales de 2024 y de sus propios futuros después de dejar el instituto.
No es la primera vez que escriben a cuatro manos: en 2002, cuando ambos eran asesores de José Woldenberg en el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), publicaron Elecciones, dinero y corrupción: Pemexgate y Amigos de Fox (Ediciones Cal y Arena). Hoy, 20 años después, Woldenberg será uno de los presentadores de su nueva obra, junto con la exconsejera Jacqueline Peschard y la periodista Carmen Aristegui.
En este nuevo libro, retoman algunas de sus experiencias como asesores y consejeros electorales, para describir de manera simple el proceso evolutivo del sistema electoral mexicano, y la conformación de una complicada normatividad en busca del voto libre y secreto.
Con esa misma preocupación sobre la mesa, Córdova señala que los cambios propuestos en el “plan B” permitirían que haya todavía más violaciones a la ley electoral. Por ejemplo, una mayor intervención de las y los funcionarios públicos en cada contienda.
“En las últimas elecciones, pero también ocurrió en la revocación de mandato, en el 80% de las mañaneras se violó ese principio que impide a los funcionarios públicos, a los gobernantes, entrometerse en los procesos electorales para no romper el equilibrio que la Constitución pretende. Bueno, justamente hoy estamos viviendo la continuidad, y esta reforma busca, en muchos sentidos, perpetuar, aligerando esas prohibiciones, esa irrupción indebida que nos costó muchísimo tiempo enfrentar y superar”, alerta.
Durante la más reciente sesión del Consejo General del INE, el miércoles pasado, Córdova ordenó al secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina, que presente “todo recurso jurídico al alcance” para impugnar el “plan B” ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Además, el INE pedirá a la SCJN que suspenda la entrada en vigor inmediata de esos cambios, bajo el argumento de que el análisis jurídico de fondo de esas modificaciones legales puede tomar meses, lo que a su vez afectaría la operación del instituto y la organización de los comicios en puerta.
“Un INE al servicio del poder es un INE inservible”
Córdova y Murayama concluirán su periodo de nueve años en el INE el 3 de abril. Al día siguiente, a ellos y a los también consejeros salientes Adriana Favela y José Roberto Ruiz Saldaña deberán reemplazarlos las personas que resulten electas por la Cámara de Diputados, en un proceso hasta ahora atropellado, en el que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó a los legisladores emitir una nueva convocatoria.
Mientras tanto, Córdova y Murayama retomarán sus puestos como investigadores en institutos de la UNAM, donde habían pedido licencia.
La entrevista se realiza precisamente en una de esas sedes, el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), desde donde Córdova reflexiona sobre el que espera que sea su legado. A su juicio, algunos de los principales logros del INE han sido organizar “elecciones libres y auténticas” y ubicarse “como la institución civil con mayor credibilidad pública del Estado mexicano”.
“Ojalá y este 70-75% de credibilidad sea el piso a partir del cual en el futuro sigamos construyendo esa confianza que es fundamental para que la democracia siga siendo el único juego”, dice el consejero saliente, y añade que —desde donde esté— se mantendrá en la defensa del INE.
“(Seguiremos) difundiendo la cultura democrática del país, y yo diría, defendiendo desde la trinchera universitaria la democracia. Eso sí seguiremos haciéndolo, pero desde otro papel, desde otro rol, desde otra trinchera, y yo te diría, lo que sí no se ha perdido, sin embargo, es ese compromiso con seguir defendiendo el INE estemos donde estemos”, insiste.
De forma similar, Murayama señala que como ciudadano y como académico también seguirá participando en la vida pública, y considera positivo haber podido concluir sus nueve años en el INE, debido a las acciones que buscaron que dejara su asiento antes.
“Para nosotros, creo que una muy buena noticia es que nosotros acabemos el periodo constitucional por el que fuimos designados, porque hubo intentos, una y otra vez, por que nosotros nos fuéramos de nuestros cargos: amenazas de juicio político, incluso denuncias penales desde el poder para que nosotros no continuáramos con nuestra encomienda, con nuestro encargo, y terminamos”, dice Murayama, y afirma también que espera ser recordado como parte de un INE que consiguió mantener su autonomía.
“Ojalá que con el INE no pase lo mismo que con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que con una designación equivocada (de Rosario Piedra como su titular) dio la espalda a su misión de velar por los derechos humanos y se puso a servir al poder. Un INE al servicio del poder es un INE inservible”, subraya.
Información con animal político.
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