COLUMNAS POLÍTICAS, 16 DE AGOSTO DE 2021.

LAS DESASTROSAS POLÍTICAS DE SALUD (EXTRACTO DE LA COLUMNA)
CARLOS M. URZÚA /EL UNIVERSAL 16 DE AGOSTO DE 2021
Hasta parecería que este gobierno se esmerara en administrar mal, casi como si lo hiciera a propósito, para perjudicar a quien se pueda. Sus políticas públicas son todo menos planes que han sido razonados, sustentados, consensados, articulados. Las actuales políticas gubernamentales son las más de las veces apenas ocurrencias, fantasías voluntaristas pertenecientes al siglo pasado….

TRASCENDIO/MILENIO 16 DE AGOSTO DE 2021
Que el viernes inicia en San Lázaro la pasarela de diputados electos y reelectos para credencializarse y asistir a la instalación de la 65 Legislatura; aunque los reflectores apuntarán a personajes como Santiago Creel, Margarita Zavala, Alejandro Moreno y Rubén Moreira, entre otros, todo mundo estará pendiente de la eventual reaparición del desaforado legislador petista Mauricio Toledo, quien huyó a Chile sin que hasta hoy se sepa si intentará volver de incógnito para rendir protesta y obtener nuevamente fuero ante las acusaciones de enriquecimiento ilícito.

Las desastrosas políticas de salud
Carlos M. Urzúa
Hasta parecería que este gobierno se esmerara en administrar mal, casi como si lo hiciera a propósito, para perjudicar a quien se pueda. Sus políticas públicas son todo menos planes que han sido razonados, sustentados, consensados, articulados. Las actuales políticas gubernamentales son las más de las veces apenas ocurrencias, fantasías voluntaristas pertenecientes al siglo pasado.
Uno de los tantos asuntos sobre los que ha errado estrepitosamente el gobierno es en las políticas públicas relativas al sector salud. Los estragos que ha causado, y sigue causando, la pandemia de la Covid en nuestro país es el ejemplo más evidente y trágico de lo anterior. Pero esa falta de una mínima planeación gubernamental ha tenido otras consecuencias, desde la carencia de medicamentos para los mexicanos enfermos de cáncer, hasta la insuficiente cobertura del sistema de salud especialmente en las zonas rurales.
La historia, la cual se encargará en algún momento de juzgar lo que está ocurriendo, señalará que, más allá de quién era el Presidente y cuál su partido, los mayores errores cometidos sobre la política de salud iniciaron el primero de enero del año 2020. Ese día fue creado el llamado Instituto de Salud para el Bienestar, conocido desde entonces como el Insabi. Fue en ese momento cuando el gobierno desmanteló parte del sistema de salud que heredó de los gobiernos anteriores para establecer, supuestamente, una mejor institución de salud. Tan buena que, aseveró entonces Andrés Manuel López Obrador, se equipararía a la de Dinamarca a más tardar a fines de ese mismo año.
Sobra añadir que la creación de ese organismo empeoró todo. Lo que nació a principios del año pasado fue un desfiguro, sin pies ni cabeza, que ni siquiera los propios funcionarios encargados de la salud pública logran, aún hoy, administrar.
Anteriormente los millones de mexicanos que no tenían cobertura en los organismos públicos de salud (como el IMSS o el ISSSTE) podían inscribirse al Seguro Popular para, a través de los sistemas de salud de los gobiernos estatales, aspirar a tener alguna atención médica. En el año 2000, más de 55 millones de mexicanos no contaban con afiliación a alguna institución de seguridad social. En el 2018, quince años después de la implantación del Seguro Popular, la cifra se redujo a 22 millones de personas sin acceso a los servicios públicos de salud.
En ese sistema los recursos públicos se adjudicaban de manera uniforme, pues la ley establecía que se debería otorgar una cuota per cápita para la atención médica. Hoy todo está sujeto a la disponibilidad presupuestal. Al no existir una fórmula de asignación, el financiamiento se ha vuelto discrecional e inclusive los propios estados carecen de reglas que normen sus aportaciones.
Hoy los mexicanos ni han oído hablar del Insabi. Antes se inscribían en el Seguro Popular y mal que bien recibían una póliza de afiliación, con la cual gozaban de ciertos derechos. En ese entonces existía, además, la figura del gestor médico que se encargaba de guiar a los beneficiarios del seguro en el hospital correspondiente. Ahora nada. Nada de nada. De acuerdo con las cifras de pobreza del Coneval, de 2018 a 2020 el número de mexicanos sin servicios de salud creció de 20.1 a 35.7 millones. De esa magnitud es el desastre.  
Profesor del Tecnológico de Monterrey

Detona la crisis retiros de Afores
Charlene Domínguez
Cd. de México (16-Ago-2021).- 05:00 hrs.
Para compensar los menores ingresos por causa de la crisis, las familias mexicanas están recurriendo más que nunca a retirar dinero de sus Afores bajo el retiro por matrimonio.

Los retiros parciales por gastos de matrimonio de las Afores alcanzaron en junio de este año 17.6 millones de pesos, un monto récord no registrado en los últimos 16 años para un periodo similar.

El monto de junio de 2021 representó a su vez un incremento de 132 por ciento anual, el más grande desde 2005 en comparación con el mismo mes de cada año, muestran datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

El retiro parcial por matrimonio de las Afores es un apoyo al que pueden acceder los trabajadores cuando contraen matrimonio civil, y aunque está pensado para ayudar en los gastos de la boda, las familias han recurrido a él para solventar otras necesidades de liquidez durante la crisis.

Este retiro requiere que por lo menos uno de la pareja esté activo cotizando al IMSS, por lo que es razonable suponer que también va muy relacionado con el comportamiento del empleo durante la pandemia, explicó Abraham Vela Dib, presidente de Consar.

«El número de trabajadores que realizaron retiro por matrimonio desde que se declaró la pandemia disminuyó significativamente, probablemente porque algunos perdieron su empleo, (ahora) se ha venido recuperando y ya está acercándose a niveles que se observaban en enero y febrero del año pasado».

Verónica González, especialista en pensiones, coincidió en que el aumento de retiros de las Afores por matrimonio obedece a la necesidad de recursos de los afiliados por la pandemia.

«No es que se casen más, es que no lo habían utilizado y ahora lo piden; aunque no es mucho dinero, todo sirve», comentó.

A diferencia de los retiros por desempleo de las Afores, los recursos del retiro por matrimonio provienen de la cuota social que aporta el Gobierno federal a la cuenta individual, se requiere un mínimo de 150 semanas cotizadas, estar vigente como asegurado y no descuenta semanas de cotización.

El retiro parcial por matrimonio otorga recursos a un trabajador por 30 veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) a la fecha en la que se realice, esto es 2 mil 724 pesos actuales; en el caso de un matrimonio donde él y ella decidan hacer este tipo de retiro ahora, el monto por familia ascendería a 5 mil 449 pesos.

Durante la pandemia, los retiros de las Afores por gastos de matrimonio comenzaron a incrementarse desde junio de 2020, cuando se registraron 7.6 millones de pesos en salidas, y a partir de ahí han ido incrementando cada vez.

El número de trabajadores que hicieron un retiro de este tipo hasta junio del año pasado fueron 34 mil 45, y para junio de este 2021 subió a 35 mil 587, lo que ocasionó que en todo el primer semestre de este año los retiros por matrimonio acumularan 87.3 millones de pesos.

El 44.6 por ciento de quienes realizaron un retiro por matrimonio entre enero y junio de este año pertenecen a Coppel y Citibanamex; de hecho, esta última Afore gestionó el monto promedio de retiro más alto del sistema con 2 mil 545.4 pesos, indican datos de la Comisión.

Dado que se necesita el acta de matrimonio, el apoyo solo se puede tramitar después de haber contraído la unión civil, solo se puede acceder a él una vez en la vida y el valor de la UMA se calcula según el año que tenga el acta.