El Banco de México elevó su pronóstico para este indicador, por lo que estima que cierre el año en un nivel de 6.2% desde un 5.7%.
El Banco de México (Banxico) elevó el jueves su pronóstico para la inflación, por lo que estima que cierre el año en un nivel de 6.2 por ciento desde un 5.7 por ciento.
Con esto, se ubicará en su nivel más alto desde diciembre de 2017, cuando tuvo un nivel de 6.77 por ciento, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“Los pronósticos de inflación general y subyacente se revisaron al alza en relación con las publicadas previamente. Considerando las características de los choques que las han afectado, los mayores aumentos corresponden a los pronósticos de corto plazo”, indicó la entidad financiera en su comunicado de política monetaria.
Para la inflación subyacente ajustó su pronóstico de 5.0 por ciento a 5.3 por ciento.
“Si bien se prevé que los choques que han incidido en la inflación sean transitorios, por la diversidad, magnitud y el extendido horizonte en el que la han afectado, pueden implicar riesgos para la formación de precios y las expectativas de inflación”, apuntó en su comunicado.
Agregó que para evitar dichos riesgos se consideró necesario reforzar la postura monetaria, ajustándola a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3 por ciento en el horizonte de pronóstico
Asimismo, señaló que el balance de riesgos para la inflación es al alza, y entre ellos apuntó presiones inflacionarias externas, presiones en los costos, persistencia de la inflación subyacente y la depreciación del peso.
Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina de Goldman Sachs, indicó que Banxico sigue estimando que los choques inflacionarios son transitorios, pero dada la magnitud, intensidad y duración, consideró apropiado fortalecer aún más la postura monetaria para evitar un impacto negativo en los mecanismos de formación de precios y expectativas de inflación.
“En general, los próximos datos y la evolución del balance de riesgos sobre la inflación serán la guía de las futuras decisiones de la Junta de Gobierno y, en nuestra evaluación, una sorpresa inflacionaria favorable, aunque sea leve, puede ser suficiente para que Banxico deje la tasa de política sin cambios el 11 de noviembre”, detalló.
Pamela Díaz, economista en jefe para México de BNP Paribas, coincidió en que sobresalen los nuevos pronósticos de inflación dados por Banxico. Destacó que dentro de las sorpresas que se dieron en esta última decisión está la alineación de la subgobernadora Galia Borja con el gobernador Alejandro Díaz de León y los subgobernadores Irene Espinosa y Jonathan Heath. Soólo Gerardo Esquivel votó por mantener la tasa en 4.5 por ciento.
Espera que en este año la tasa de referencia cierre en 5.25 por ciento, y que el próximo año se den tres aumentos, para después pausar el ciclo en 6 por ciento.
Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis de Vector Casa de Bolsa, indicó que la nueva opinión de Borja, incrementa la probabilidad de observar ajustes adicionales en la tasa de referencia local durante las próximas reuniones.
Añadió que este factor y las mayores presiones inflacionarias respaldan la expectativa de que la tasa de referencia seguirá al alza, hasta alcanzar un nivel de 5.25 por ciento al cierre de este año.
En tanto, los miembros de la Junta de Gobierno prevén que la medición anual de la inflación general y subyacente disminuya a partir de un año, logrando así que converja a la meta de 3 por ciento hacia finales del horizonte de pronóstico.
El Banco Central tiene como mandato mantener la inflación baja y estable y su rango objetivo es de 3 por ciento +/- un punto porcentual. Sin embargo, en la primera mitad de septiembre, el índice ya sumó 13 quincenas consecutivas por encima del rango objetivo al acelerar a 5.87 por ciento.
La inflación se vio presionada ante el incremento en los precios de los alimentos y energéticos.
Además, los miembros de la Junta de Gobierno decidieron incrementar en 25 puntos base el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un nivel de 4.75 por ciento.
Sin impacto en el peso
Tras la decisión de Banxico, el peso se apreció momentáneamente, pero retomó su racha negativa posteriormente. Ayer retrocedió 0.24 por ciento, para ubicarse en 20.642 unidades y sumó seis jornadas negativas en las que acumula una depreciación de 3.3 por ciento.
Los recientes movimientos del peso reflejan en gran medida la percepción de riesgo en el extranjero, más que algún acontecimiento local, dijeron a Bloomberg operadores con sede en Nueva York.
La postura de Citigroup frente a las monedas latinoamericanas se volvió negativa y recomendó estructurar opciones bajistas sobre el peso, ya que la moneda se encuentra entre las divisas de mercados emergentes más expuestas a las tasas estadounidenses, especialmente cuando los movimientos son bruscos y aumenta la volatilidad de los bonos del Tesoro.
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