Con más de 40 mil visitantes al año y cerrado desde el 2020, primero por la pandemia y luego para la renovación de sus espacios, el Museo de la Muerte está por reabrir con un nuevo enfoque interactivo para el público, informó José Antonio Padilla Pedroza, encargado de Museos y Galerías de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.
Se trata del museo con más visitantes de la entidad, de los cuales un 65% provienen de otras entidades federativas y el extranjero, quienes incluso viajan de manera exclusiva a Aguascalientes para conocer este espacio, enfatizó.
“El visitante común a los museos es un sujeto pasivo y con las adecuaciones interactivas que se preparan en las salas de exhibición se podrá contar con una experiencia más amigable”, destacó Padilla Pedroza.


Asimismo, explicó que dentro de las novedades se busca incorporar un mayor acervo de formato digital, un mural en placa de lámina, todo bajo el enfoque de la creación del concepto de la tradición del Día de Muertos, desde la época colonial hasta la actualidad.

Pese a que existen diversos espacios que fungen de manera formal o práctica como museos con la temática de la muerte, el caso de Aguascalientes engloba toda la cultura nacional en torno a este tópico, que va desde la etapa precolombina, hasta los pasajes de las festividades de origen pagano de Estados Unidos, señaló.
Lo que hace único al Museo de la Muerte es su enfoque en el análisis del Fenómeno Cultural Histórico de la muerte en México, con su historia, religiosidad y toque burlón que caracteriza a los mexicanos, subrayó.
“Las salas entrelazadas entre un edificio colonial que formó parte de la Orden de los Carmelitas Descalzos como uno de los centros religiosos más antiguos de Aguascalientes, y la arquitectura contemporánea, se conjugan desde la visión histórica hasta la cultura popular, para generar un recorrido de casi dos horas”, detalló.
Dentro de los preparativos para la apertura, se han incluido actividades interactivas con el aprovechamiento de la realidad virtual, uso de dispositivos para recursos audiovisuales, no sin antes, ser recibidos en el inframundo, un espacio subterráneo, donde el shock es inevitable porque entre la oscuridad se ofrece la simpleza y misterio del fin de la vida.

Fuente El Heraldo