La capilla ardiente del papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado sábado con 95 años, abrió hoy por segundo día después de que este lunes pudieran dar su último adiós al pontífice 65 mil personas y en espera del funeral que se celebrará el próximo jueves.

«En este caso concreto de Benedicto, no hay sede vacante, por eso no se convoca obligatoriamente a todos los cardenales a Roma», añade Vidal. «No hay reunión de cardenales, no hay cónclave y por lo tanto, el que preside es el Papa reinante».

Solemne, pero al mismo tiempo sobrio. Así dijo Benedicto que quería que fuera su despedida.

«Lo que responde a su personalidad», señala Vidal. «Él le daba muchísima importancia a los ritos, a la liturgia, a los ornamentos. Vimos con él ornamentos que en la época moderna nunca había utilizado ningún Papa. La liturgia la cuidaba con esmero». 

Benedicto, el teólogo alemán que será recordado como el primer papa en 600 años que dimite.

«Pero también pasará a la historia por el milagro de la comunión que consiguieron el papa Benedicto y el papa Francisco», añade Vidal.

«En la Iglesia, hay una cosa que da pavor y es la posibilidad de un cisma, de la ruptura de la comunión. Y aunque en la Iglesia, como en cualquier otra institución o partido político, aunque a ellos no les gusta que se hable en estos términos, hay un ala conservadora, un alma conservadora, una sensibilidad conservadora y otra progresista. Han sido capaces los dos de conseguir una transición de una época de involución, de una época de una Iglesia muy centrada en sí misma, enroscada, muy esquiva, a la gran primavera del Vaticano».

Con información de euronews. y mas información.